Gobernadores de Estados Unidos pidieron a la Casa Blanca una estrategia nacional contra la propagación del coronavirus, mientras las muertes aumentan y las autoridades de salud advirtieron que la semana que viene podría parecerse a un momento como Pearl Harbor.
La cifra de muertos en Estados Unidos se acerca al sombrío hito de los 10.000, mientras el epicentro de la epidemia en el país, el estado de Nueva York, registra más de 4.000 fallecimientos y los hospitales se preparan para la llegada de nuevos pacientes infectados.
Anthony Fauci, el científico estadounidense que asesora al presidente Donald Trump sobre la pandemia, advirtió de una inminente "escalada", al señalar que los estadounidenses deben prepararse para "una mala semana".
"No diré que lo tenemos bajo control", dijo Fauci el domingo a CBS. "Eso sería una declaración falsa".
El administrador de la salud pública en Estados Unidos, Jerome Adams, hizo una advertencia aún más grave. "Esta va a ser la semana más dura y triste en la vida de la mayoría de los estadounidenses, sinceramente", dijo a Fox News.
"Este va a ser nuestro momento de Pearl Harbor, nuestro momento del 11 de septiembre, sólo que no tendrá una localización".
Adams dijo que los estadounidenses deberían seguir practicando el distanciamiento social y permanecer en casa al menos por 30 días.
La mayoría del país está bajo orden de confinamiento, pero nueve estados aún no han emitido esas normas, mientras el gobierno federal ha rechazado tomar una directiva a nivel nacional.
Adams suplicó a los dirigentes estatales que pidan a los residentes quedarse en casa al menos durante los próximos siete a 10 días. "Hay una luz al final del túnel si cada uno hace su parte", dijo.
- ¿Meseta persistente? -
La cifra de muertes por coronavirus en Nueva York, el estado más afectado, alcanzó los 4.159, dijo el gobernador Andrew Cuomo.
Es la primera vez que el conteo diario cayó, luego de que el sábado se registrara la cifra récord de 630 muertes en 24 horas, pero el gobernador dijo a periodistas que era demasiado temprano para saber si es la cima de la curva.
El pico en Nueva York podría alcanzarse la próxima semana, indicó, aunque advirtió que no está claro si tras el punto de inflexión habrá un descenso rápido de los contagios o la curva de infecciones será una meseta persistente.
"No lo sabremos hasta los próximos días, si sube o si baja", dijo Cuomo. En su estado se han reportado 122.031 infectados confirmados, cerca de una décima de la población mundial.
Cuomo dijo que su objetivo es trasladar a los pacientes de los hospitales ya sobrecargados a otros con más capacidad y equipamiento.
"No puedo decir a un hospital, te enviaremos todos los suministros que necesites, todos los ventiladores que necesites. No los tenemos", dijo al referirse al equipo para ayudar a salvar vidas con respiradores. "Vas a tener que cambiar y desplegarte en diferentes lugares".
El gobernador dijo que la prueba rápida, que áun no está al alcance, es la clave para "regresar a la normalidad", y volvió a pedir a otros estados y al gobierno federal que le presten material clave como los respiradores.
Cuomo prometió devolver el favor cuando el virus se propague a otro lugar - Nueva Jersey, Michigan y Luisiana están surgiendo como focos de contagio.
- "Todas las manos sobre la mesa" -
En la ronda de entrevistas del domingo por la mañana, gobernadores de otros estados expresaron alarma de que el gobierno de Trump no haya ofrecido un plan de una política unificada.
"No tener una estrategia nacional donde haya una política para el país en lugar de un mosaico basado en quién es el gobernador, es algo que creo que está creando una situación más porosa en la que la COVID-19 durará más tiempo y más gente se enfermará", dijo a Fox News la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer. "Se pueden perder más vidas", indicó.
"No somos enemigos entre nosotros", añadió. "El enemigo es la COVID-19. Y tienen que estar todas las manos sobre la mesa, desde el nivel federal hasta el nivel estatal, al nivel local".
El presidente Trump dijo el sábado que Estados Unidos estaba entrando "en un momento que va a ser muy horrendo" con "algunos números verdaderamente malos".
"Esta será probablemente la semana más dura", dijo en la Casa Blanca. "Habrá muchas muertes".
Sin embargo, volvió a decir que Estados Unidos -donde los infectados sobrepasan las 300.000 personas- no puede permanecer siempre detenido económicamente y siguió dejando que los estados declararan sus propias medidas de mitigación y órdenes de confinamiento.
El gobernador demócrata de Illinois, J.B. Pritzker, criticó al gobierno de Trump por no preparar mejor a la nación, dejando que el virus afecte a Estados Unidos como lo ha hecho con Europa y China.
"Si hubieran empezado en febrero a fabricar respiradores, preparándose para esta pandemia, no tendríamos los problemas que tenemos hoy en día y, francamente, moriría mucha menos gente", dijo a CNN.